Ser gorda...

Una no se da cuenta, tampoco venimos cargando con un letrero... y, así como unas somos gordas, habrá otras que son flacas, altas, chaparras, morenas, etc... y para todas hay un cliché, para todas hay una carga distinta... simplemente por el hecho de 'ser'. Yo, soy gorda.

Una de esas tantas veces en que mi mamá presumía mi hermosa robustez, alguien le preguntó si a mí no me molestaban en la escuela... a lo que ella respondió sonriente que no, que nunca le había llegado con una sola queja... es que no sé si te dije, nació pesando 4,700 ¬¬

Mi mamá asumía que yo era lo suficientemente fuerte, o sea, gorda como para que nadie me molestara... pero, lo que ella no sabía es que, había un niño que me quitaba mi torta... y no conforme con eso, me jalaba los cabellos, el muy culero. El niño culero se llamaba Oscar, me acuerdo perfecto... yo no era chillona, desde chiquita aprendí a manejar mis propios problemas, aún los que tenían que ver con Oscar,  y sí, yo era gorda... pero no lo suficiente para ganarle al niño gordo del salón.

Ser gorda no es sinónimo de ser fuerte, al menos no físicamente. Ser gorda no hace obligatorio ser la chistosa del grupor porque, claro, alguna gracia hemos de tener. Ser gorda tampoco significa que los demás sean mejores que nosotros.

Debo ser honesta, mi gordura me ha tenido traumada durante toda mi vida, sin embargo no ha sido nunca un factor que determine NADA en mi vida... he hecho lo que he querido, he andado con quien me ha gustado, he tenido logros personales y profesionales importantes y estoy casada con el hombre más maravilloso...

Sí, soy gorda... y ¡soy feliz!

Lau, la gorda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La belleza cuesta.

Una gorda en aprietos.

Una pinche torta de milanesa.