La belleza cuesta.
Es un trauma y una injusticia, no solo para l@s gord@s… sino para toda la humanidad, que todas las delicias del mundo, como los sopes… los tamalitos, cualquier garnacha… sean absolutamente engordadoras. Seamos honestos, es difícil ser flac@, a menos que seas uno de esos (malditos) afortunados a los que la naturaleza favoreció con un organismo ágil… es decir, que pueden tragar como marranos y no engordan un solo gramo… (ay, cómo los odio!!), pero si no es así, hay de 2 sopas: vivir eternamente a dieta y restringiendo cualquier tipo de antojo, además de mantener una rutina de actividad física… o, caer en la vieja trampa de 'de algo me he de morir' y dedicarte a tragar como marrano, engordando y enfermando a cada bocado. Yo no sé si sea cuestión de actualidad, es decir, ser gordo no era taaaaaan malo en el pasado, ser gordo ahora, es una ofensa a la sociedad, un descaro vil y… la verdad, un placer de lo más culposo que pueda existir. Para las mujeres, ser 'robusta', e