Lo más importante.

Me enlelo viendo esas fotos del antes y después de todas aquellas personas que han conseguido lo que yo no: bajar de peso. 

Ya sé, yo también podría tener mis propias fotos... porque era mucho más gorda antes que ahora, porque mi trabajo me costó que los demás dejaran de creer que para mí era más fácil rodar que caminar... sin embargo, y a riesgo de sonar dramática, es uno de los sueños de todo gordo, dejar de serlo... no sean pinches mentirosos. Es uno de mis sueños más preciados dejar de ser la gordita algún día.

Ni siquiera es que tengamos que padecer obesidad mórbida, bastan unos kilillos de más, unas lonjitas desparramadas y un par de cachetes brillosos para que, lunes a lunes, planeemos empezar la dieta. ¡¡Qué!!, las dietas se tienen que empezar en lunes... eso TODO el mundo lo sabe, o sea, hello. El punto es que nunca estamos contentos, pero sucede que no estamos contentos con nosotros mismos, más allá de lo que pesemos o cómo nos veamos. 

No es que yo quiera promover la gordura, al contrario, estoy totalmente consciente que se trata de un problema de salud, más que de estética. Sin embargo sé, y vaya que he podido comprobarlo, que el primer paso para estar bien y sentirnos mejor, es el amor propio, la autoestima y la felicidad. Es tan trillada como verdadera la frase aquella de 'cómo puedo estar bien con los demás, si no estoy bien conmigo mismo'... así que, fuera de estar dispuestos a chingarnos con una dieta, a sudar la gota (re) gorda, es obligatorio amarse a sí mismo, aceptarnos tal cuales somos y trabajar en nuestro interior, crecer como seres humanos y ya, cuando estemos chidos en esos aspectos, preocuparnos por la envoltura...

Somos gordos, no adefesios o fenómenos... tenemos planes, metas y objetivos que van mucho más lejos que cenar tacos... podemos ser lo que queramos, podemos ser felices... ¡creámoslo!

Lau, la gorda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La belleza cuesta.

Una gorda en aprietos.

Una pinche torta de milanesa.