A fuerza... de voluntad.

Anoche me preguntaron cuál es mi comida favorita, a lo cual respondí (sin dudarlo ni un segundo) ¡pizza!. Es así, benditos sean los italianos por ese platillo taaaan delicioso... y benditas sean las aportaciones que han hecho en ella la globalización... porque, por ejemplo, una de mis pizzas favoritas es la 'mexicana'... esa con chorizo, frijoles y jalapeño. ¡ÑOM!

Sin embargo, y como era de esperarse, la pizza es uno de esos alimentos engordadores a más no poder... a menos que sustituyas ingredientes y termines comiendo una masa integral sin ningún sabor, cubierta de queso light y jamón de pavo... ¡así no juego! Así que, ahora con la dieta y las metas que hay en mente, no comer pizza será uno de mis más grandes sacrificios... ¡Snifs!

Debo reconocer que estar a dieta no es tan malo como algunos creen, es difícil, por supuesto, pero es algo con lo que se puede vivir... más si tu vida depende de ello. Quizá es que una de las partes difíciles es lidiar con las demás personas... aquellas que se la pasan cuestionándote, los típicos '¿cómo vas con la dieta?'... o los que, sin culpa o piedad alguna, se pasean frente a ti comiendo todo eso que tú no puedes... pero es ahí, queridos amigos, en donde tenemos que poner a prueba nuestra fuerza de voluntad... es donde nos daremos cuenta de qué estamos hechos y yo, chingadamadre, estoy hecha de muchos kilos, mucha grasa y muchos complejos... así que más me vale ser fuerte, así se me vaya la vida en ello.

Lau, la gorda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La belleza cuesta.

Una gorda en aprietos.

Una pinche torta de milanesa.